OPS/OMS Noticias de Emergencia – El terremoto de Chile muestra los beneficios de la preparación para desastres

Un terremoto de magnitud 8,8 sacudió Chile el 28 de febrero, matando a 521 personas y dejando 56 desaparecidos. El terremoto afectó a 6 de las 13 regiones del país, donde vive el 80% de la población. En estas zonas se encuentran la mayoría de los establecimientos hospitalarios del país, con el 77% (20.950) de las camas hospitalarias.

Dos meses después del suceso, las autoridades estiman que el terremoto afectó a dos millones de personas; 370.000 viviendas, 73 hospitales y 4.012 escuelas (casi la mitad de las escuelas de la zona afectada) resultaron dañadas o completamente destruidas. Los costos de las pérdidas y daños se estiman en aproximadamente 30 mil millones de dólares estadounidenses, equivalente al 17% del producto interno bruto del país.

El plan de reconstrucción anunciado por el gobierno chileno propone varias medidas en todos los sectores, incluida la reparación o sustitución de 79 hospitales y más de 150 clínicas.

La respuesta del sector salud fue rápida y efectiva

La red de servicios de salud resultó gravemente afectada, especialmente en los distritos de Maoli y Bio Bio. Se perdieron más de 4.000 camas de hospital en el país, pero el Ministerio de Salud pudo restablecer los servicios de salud en cuestión de días. Se establecieron hospitales de campaña (nacionales e internacionales) para satisfacer la creciente demanda y, cuando fue necesario, los servicios se transfirieron a instalaciones operativas.
La Organización Panamericana de la Salud comenzó a brindar apoyo técnico y experiencia a las autoridades de salud pocas horas después del terremoto. La oficina de la OPS/OMS en Chile ha reorientado sus servicios para asistir y cooperar con el Ministerio de Salud.

Utilizando información de la evaluación rápida de daños y necesidades, la OPS/OMS movilizó recursos internacionales para abordar el impacto en la salud pública y restaurar los servicios de salud. En los tres meses posteriores al terremoto, la cooperación de la OPS con las autoridades chilenas se centró en las siguientes acciones:

• Apoyar las operaciones en establecimientos de salud proporcionando equipos como generadores de energía, equipos de laboratorio médico y clínico, organizando la donación de medicamentos y ayudando a mejorar las operaciones en 10 hospitales. Se brindó asesoramiento sobre opciones para instalar instalaciones modulares temporales con el fin de reconstruir la capacidad hospitalaria. Se brindó capacitación en la realización de evaluaciones hospitalarias con enfoque en hospitales seguros.
• Apoyar al Ministerio de Salud en la evaluación de daños estructurales y no estructurales a los hospitales. Hacer recomendaciones sobre reparaciones y reconstrucción en línea con la Estrategia de Hospitales Seguros.
• Coordinar la donación de vacunas (especialmente la vacuna contra la hepatitis A y la influenza H1N1) y así apoyar las campañas de inmunización en las zonas afectadas.
• Colaborar en el desarrollo de una estrategia de comunicación para promover la salud en las zonas afectadas.
• Fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica, el control de enfermedades y las medidas de salud pública relacionadas con el agua potable, los alimentos y el saneamiento.
• Iniciar un plan de salud mental en las zonas afectadas por el desastre.

El terremoto en Chile nos recuerda la importancia de desarrollar o actualizar planes de emergencia y desastres para el sector salud, tanto a nivel regional como nacional. También resalta lo importante que es tener una fuerte coordinación entre las instituciones que forman parte del sistema nacional de protección civil. Una crisis brinda oportunidades para implementar estrategias, planes y medidas para hospitales seguros, de modo que las instalaciones nuevas y reconstruidas puedan continuar brindando servicios después del próximo desastre.

Se puede acceder a una amplia gama de documentos relacionados con este terremoto en: www.paho.org/chi.