El Fondo Mundial para la Naturaleza instó el miércoles a los miembros del grupo multinacional de conservación de la Antártida a poner fin a años de estancamiento y acordar nuevas reservas marinas en la región a medida que el hielo marino se reduce a niveles récord.
La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos comienza la próxima semana su reunión de dos semanas de duración en Australia, con la creación de tres nuevas áreas marinas protegidas una vez más sobre la mesa.
Estas zonas se propusieron por primera vez en 2010, antes de reducirse en 2017, en un intento de obtener más apoyo.
Pero el establecimiento de estos órganos ha sido bloqueado sistemáticamente por China y Rusia, incluso en una reunión del comité celebrada en junio en Chile.
La ONG medioambiental WWF pidió el miércoles a la comisión que finalmente actúe, dados los niveles récord de hielo marino en la región y la evidencia de «mortalidad masiva de especies vulnerables».
Emily Greeley, directora de conservación antártica de WWF, dijo que las áreas protegidas «limitarán la actividad humana, especialmente la pesca, en hábitats críticos que estas especies necesitan para recuperarse y desarrollar su capacidad de adaptarse al entorno cambiante».
«No podemos detener todos los efectos del cambio climático en el corto plazo, pero podemos mitigar la presión de otras maneras».
Un esfuerzo por crear reservas alrededor de la Antártida protegería casi cuatro millones de kilómetros cuadrados (1,5 millones de millas cuadradas) de las actividades humanas en el océano.
WWF dijo que esta sería la obra de protección de océanos más grande de la historia.
Pero históricamente ha habido poco interés por el proyecto por parte de Beijing y Moscú, que han expresado preocupaciones sobre cuestiones de cumplimiento y derechos de pesca.
El Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos dijo que el hielo marino alrededor de la Antártida alcanzó el mes pasado sus niveles invernales más bajos desde que comenzaron los registros hace 45 años.
La medición fue preliminar, ya que las condiciones invernales persistentes podrían causar que se forme más hielo, pero se correlaciona con una tendencia de menos hielo observada desde agosto de 2016.
Existe controversia entre los científicos sobre el motivo de este cambio, ya que algunos dudan en demostrar un vínculo oficial entre este cambio y el calentamiento global.
Los modelos climáticos han tenido dificultades en el pasado para predecir cambios en la masa de hielo de la Antártida.
Sin embargo, el impacto en la vida silvestre de la región ya es claro: los científicos informaron en agosto de una «falla reproductiva catastrófica» de los pingüinos emperador, cuando el hielo marino cedió debajo de sus polluelos.
Se cree que miles de pequeños pingüinos han muerto, y todos menos uno de los cinco sitios monitoreados por científicos experimentaron una pérdida del 100 por ciento.
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